Originalmente exclusivas de Snapchat, las máscaras ganaron popularidad generalizada con la introducción de Instagram en 2017. Desarrolladores, artistas 3D e incluso blogueros comenzaron a crear sus filtros en abundancia. Entre los más populares estaban los filtros que realzaban los rasgos faciales para parecer más atractivos. Sin embargo, a finales de octubre, Instagram anunció su intención de prohibir todas las máscaras que imitan procedimientos de cirugía plástica.
La red social reconoció el impacto negativo que estos filtros estaban teniendo en los usuarios y en su autopercepción. La medida de Instagram no es ninguna sorpresa, teniendo en cuenta que las investigaciones han demostrado que la plataforma es la primera en términos de tiempo invertido por los usuarios en comparación con otras redes sociales y ocupa el primer lugar en términos de su impacto negativo en la salud psicológica de los usuarios.
El primer paso para crear un entorno en línea más positivo fue la prohibición de imágenes que representaran el suicidio, seguida de la prohibición de anuncios de cirugía plástica y productos para adelgazar. Ahora, la plataforma se ocupa de los filtros que alteran el rostro.
Instagram no ha proporcionado un calendario claro para la eliminación de todos los filtros, pero la prohibición ha sido bien recibida por muchos usuarios. No obstante, siguen existiendo alternativas como Snapchat, las aplicaciones de mejora facial y Photoshop. La popularidad de los filtros de Instagram ha aumentado la fijación de la sociedad por los cánones de belleza.
Se puede establecer una correlación directa entre las características de los filtros de la plataforma y los ideales actuales de belleza: labios carnosos, ojos grandes, nariz fina y barbilla puntiaguda. La transición de los juguetones filtros de cachorros a la cirugía facial en toda regla que se exhibe en Instagram ya no se considera una diversión inofensiva. Mientras que antes las personas visitaban a los cirujanos plásticos con fotos de famosos, ahora muchos presentan imágenes retocadas de sí mismos, mientras que los influencers publican fotos con máscaras, preguntando: "¿Dónde puedo encontrar un cirujano que me haga ver así?".
Sin embargo, varios creadores digitales sostienen que estas actividades no son más que formas de diversión, autoexpresión artística o incluso ingeniosas herramientas de marketing. Al principio, los usuarios tenían que seguir a los creadores para acceder a sus filtros. Además, ha surgido el concepto de "belleza digital", y muchos creadores debaten sus implicaciones.
Por ejemplo, la máscara FixMe, que también ha sido prohibida, representaba a un cirujano estético marcando la cara de una persona antes de una intervención. Su creador, Daniel Mooney, explicó:
"FixMe pretendía ser una crítica a la cirugía plástica, ilustrando los aspectos indeseables del proceso, como el marcado de supuestas imperfecciones y la hinchazón y los hematomas resultantes. No quería mostrar el resultado final 'perfecto'. La perfección está sobrevalorada".
Mooney también señaló:
"No puedo apreciar los esfuerzos de Instagram mientras algunas de las cuentas de Instagram más populares pertenezcan a individuos que se han convertido en las 'mejores' versiones de sí mismos a través de la cirugía. En mi opinión, eliminar los filtros de aspecto plástico no cambiará nada".
De hecho, ya que los filtros con efectos similares se alinean con la versión de la belleza promovida por destacados influencers. Los filtros han desempeñado un papel en el refuerzo de estos ideales de belleza. Una de las creadoras de los filtros, @sucksexfully, compartió su perspectiva con la publicación Love:
"La belleza siempre ha influido en la tecnología. La gente es insegura, y alguien inteligente se aprovecha de sus inseguridades. Ojalá el negocio visual se centrara en la diversión, la identidad y la confianza, pero sigue explotando la inseguridad humana y el deseo de aceptación."
La creadora de Mask también compartió sus pensamientos:
"Todo empezó cuando se introdujeron las cámaras frontales, lo que desencadenó el deseo de parecer más atractivo. Al principio, había aplicaciones con herramientas de corrección, seguidas de los filtros de Snapchat y, por último, Instagram, que lo impulsó a la popularidad general. Parece como si estuviéramos asistiendo a una fusión entre humanos y máquinas. Tengo la sensación de que no se trata de una tendencia pasajera, sino que evoluciona día a día y puede convertirse en algo mucho más grande. No puedo predecir qué será. A la gente le encantan los filtros porque es como disfrazarse o adoptar diferentes personalidades".
Sin duda, los filtros poseen un elemento creativo. Sus atractivos efectos nos animan a reconsiderar los ideales de belleza de la sociedad y nos incitan continuamente a reflexionar sobre estos estándares. Algunos filtros permiten a los usuarios verse a sí mismos desde una perspectiva diferente, experimentar con distintos looks y expresar su yo interior sin miedo a ser malinterpretados.
Los filtros no deben considerarse únicamente perjudiciales. Al fin y al cabo, la demanda lleva a la oferta. La demanda de filtros que realzan los rasgos faciales surgió debido a la cultura visual imperante, los cánones de belleza y su promoción generalizada. Este debate subraya una vez más la noción trillada pero irrealizada de la diversidad. Es a través de la diversidad como las personas pueden ser testigos de distintas formas de belleza, comprender su diversidad y, en última instancia, aceptarse tal como son, sin dudar de su belleza inherente.
March 12, 2024