Yazemeenah Rossi es una modelo, fotógrafa e influencer que luce su edad con orgullo, nacida en 1956.

Empezó a ejercer de modelo en París, cuando tuvo que hacer una sustitución por enfermedad, eligiéndola en el último minuto. Nunca lo había hecho. Tenía 28 años en aquel momento.

E: ¿Cuáles son tus aficiones?

Yazemeenah Rossi: Todo lo creativo, especialmente todo en lo que pueda usar mis manos y también la fotografía. El diseño de interiores y de ropa, tejer, la cerámica, viajar, leer, escribir, hacer senderismo y nadar.

E: ¿Qué fue lo primero que aprendiste como modelo?

Yazemeenah Rossi: A no ser tímida y a tener una mejor postura.

E: ¿Te resulta fácil mantener el equilibrio entre el trabajo y la vida privada?

YR: Sí. Me adapto fácilmente y siempre he encontrado soluciones para conseguir un equilibrio. Practico yoga desde hace más de 30 años y puedo practicarlo en cualquier lugar, es una herramienta poderosa.

E: ¿Te has acostumbrado al hecho de no saber realmente lo que vas a hacer en los próximos tres días?

YR: Sí, llevo en la industria más de 30 años y debo decir que tiene su lado emocionante el no saber qué va a pasar. Con una simple llamada o un correo electrónico, todo puede cambiar en minutos y me pueden enviar al otro lado del mundo. Me encanta lo desconocido.

E: ¿Quiénes han sido tus iconos?

YR: Una mujer inglesa, escritora, que veía lejos de mi casa en la playa de Córcega, era para mí el summum de la elegancia, con su falda larga y amplia, su camisa blanca, su cinturón fino, su sombrero de paja sobre un pañuelo de seda y sus gafas de sol. Nunca supe su nombre, pero su imagen estará impresa en mí de por vida y debo decir que mi forma de ser se inspira en ella.

E: ¿Cuál es tu consejo favorito / que más recuerdes, que te haya hecho un fotógrafo?

YR: Una vez hice un shooting en una tormenta de nieve en el sur de Australia en una moto de nieve, ¡fue épico!

E: ¿Qué consejo le darías a los que se están iniciando en el mundo del modelaje?

YR: Acepta quien eres y cultiva tu singularidad, porque eres un milagro y nadie es como tú.