Mari Hansen creció en Kristiansand, al sur de Noruega. Le apasionan los deportes y fue descubierta en un festival antes de comenzar el instituto. Desde su descubrimiento, Armani, Vogue, Ted Baker, Elle, Body Shop y Calvin Klein se han convertido en impresionantes clientes de la modelo. Para Mari, las partes que el público nunca ve son las más fascinantes de la vida de una modelo. El maquillaje, el montaje técnico, la coordinación y el ambiente, entran en juego, incluso cuando el espectador solo ve el resultado final.
Para Mari Hansen, el modelaje es solo una parte de su vida, ya que le apasiona aprender sobre el funcionamiento del universo, incluido el espacio, la psicología y el budismo a través de cursos on line. Compaginar la vida social y la carrera de modelo, puede resultar difícil, pero disfruta de la libertad de viajar y conocer a personas creativas.
Sus iconos son Iris Apfel y Neil DeGrasse Tyson, ya que son tan idiosincrásicos como inteligentes y aventureros. Mari Hansen ve la importancia de encontrar la felicidad en el momento presente interno, en lugar de buscarla en fuentes externas.