La pasión de Hanna Tuuksam por el modelaje comenzó a una edad temprana, alrededor de los 4 o 5 años, cuando pedía constantemente a su madre que le hiciera fotos, vestida con trajes elegantes y un toque de brillo de labios, haciendo poses dramáticas. Esta temprana experiencia le inculcó la importancia de creer en sus sueños y no conformarse nunca con menos. Insiste en que, con determinación, todo es posible.
A pesar de los contratiempos iniciales, Hanna se puso en contacto con una agencia que admiraba, pero fue rechazada. Esta experiencia sacudió inicialmente su autoestima y la llevó a abstenerse de nuevos intentos. Sin embargo, el destino intervino cuando su actual agencia la descubrió en Instagram, a pesar de su aspecto inicial poco pulido en las fotos. Está agradecida por haber creído en su potencial.
Al reflexionar sobre su carrera, Hanna recuerda con cariño su primer trabajo con Pull&Bear, que le dio mucha confianza. Describe el modelaje como un viaje de continuo autodescubrimiento y crecimiento personal, un aspecto que encuentra inmensamente gratificante.
Hanna Tuuksam se inspira en varias personas de su vida, y considera motivador el enfoque único que cada individuo tiene de la vida. Aprecia la diversidad de experiencias y perspectivas que encuentra. Su momento más destacado fue desfilar en el desfile de David Koma con un vestido impresionante. La lección más importante que ha aprendido del modelaje es la perseverancia, y subraya la importancia de seguir adelante a pesar de los retos.
En cuanto a su filosofía personal, Hanna aboga por encontrar la belleza en todo, lo que, en su opinión, transforma la perspectiva que uno tiene de la vida. Destaca la importancia del bienestar general, incluida la salud mental y emocional, como base para mantener un estilo de vida saludable.
En cuanto a la moda, Hanna la considera una forma de expresión artística que permite a las personas mostrar su personalidad a través de creaciones que se pueden llevar puestas. Expresa su admiración por la diversidad de estilos e interpretaciones dentro del mundo de la moda.
Si tuviera que elegir una marca de diseñador para vestir exclusivamente, sería Prada, desafiando la noción de que el lujo es sinónimo de negatividad. Su estilo personal es ecléctico, influido por factores como el estado de ánimo, la ocasión y la intuición, desafiando la categorización.
Fuera del mundo del modelaje, Hanna da rienda suelta a su lado creativo a través de diversas actividades artísticas, como la pintura y la fotografía. Estas actividades le proporcionan solaz e inspiración.
En la actualidad, Hanna Tuuksam se dedica plenamente a sus aspiraciones. A largo plazo, se imagina una vida centrada en sus pasiones, viviendo con autenticidad y abrazando plenamente lo que le aporta alegría y satisfacción.